Ley Crea y Crece: en qué consiste y cómo sacarle partido

Salir con un tejido empresarial más robusto y con unas condiciones laborales más justas tras la crisis del Covid-19 es un reto de grandes dimensiones para la economía española. Es por ello que, el gobierno de España ha diseñado una estrategia para canalizar los fondos que ha recibido por parte de Europa, con el objetivo de reformar, invertir y construir un futuro más sostenible.

La Ley Crea y Crece está enmarcada en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia diseñado por el ejecutivo español. La principal novedad que introduce es la mejora la eficiencia del marco regulatorio de las actividades económicas al simplificar la legislación existente, eliminar regulaciones innecesarias y establecer procedimientos más ágiles.

Impulsar a las pymes favoreciendo el clima de negocios

El Consejo de Ministros aprobó el proyecto en el que se permitirá la constitución de una sociedad con un euro y de manera rápida y telemática. La ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño explicó que se rebajará el capital inicial necesario para registrar una compañía, una cifra que hasta el día de hoy se situaba en los 3.000 euros como mínimo.

Con esta medida, España puede decir que se sitúa a la altura de la gran mayoría de los países de su entorno en los que no se requiere ningún capital mínimo. De esta forma, sin tantas barreras de entrada por parte de la administración, se potencia el emprendimiento.

Una mejora de la demografía empresaria

En otro orden de pretensiones, la Ley ‘Crea y Crece’ pretende penalizar la morosidad comercial. Por ello, en el proyecto se contempla que aquellas empresas que no cumplan con los plazos de pago no podrán aprovecharse de las ventajas de recibir subvenciones públicas o fondos europeos.

Para luchar explícitamente contra la morosidad se va a incentivar a las empresas a expedir y remitir una factura electrónica en todas las relaciones entre empresas y autónomos. Esto garantiza una mayor trazabilidad y control de pagos que se efectúen en ambos casos.

Además, esta modernización en la gestión entre autónomos y empresas supone un paso más hacia la digitalización operativa de las empresas, pudiendo obtener una información fiable, ágil y coordinada.

Cumplir con estos requisitos acordados con Bruselas es indispensable para atraer talento y capital, reducir incentivos a crear empresas en otros países y crear un espacio favorable al emprendimiento.

Diferencias entre una resultoría y una consultoría convencional

resultoría

La contratación de consultores ha sido desde siempre motivo de debate en el seno de una compañía. Los gastos que implica la voz de los expertos no siempre resultan amortizados y pueden ser una merma importante en los resultados de cada ejercicio. La resultoría aparece como una superación al servicio de consultoría, dando un soporte permanente a los clientes.

Un consultor puede pedir honorarios en ocasiones excesivamente elevados por ofrecer informes que, si bien pueden dar una perspectiva de la situación, puede que no ofrezcan en sí mismos solución alguna. La resultoría, en cambio, supone una implicación mayor de los expertos para quienes necesitan sus servicios.

Diferencias entre resultoría y consultoría

El nuevo concepto de resultoría surge a partir del poco crédito que muchas consultoras inspiran a las empresas. Se podría decir, para tener una idea más clara, que el trabajo del consultor termina donde el del resultor acaba de empezar. Es decir, la resultoría va más allá del informe empresarial; el especialista de la resultoría se queda junto a sus clientes hasta el final del proyecto.

Los consultores suelen recomendar pasos a seguir, e incluso sugerir una persona capacitada para llevar adelante un proyecto. No obstante, las empresas han comenzado a demandar mayor seguimiento en la aplicación de tal o cual estrategia, derivada de los informes. Allí es donde actúa la resultoría.

¿Qué función cumple un resultor?

El especialista de la resultoría llega a la compañía, evalúa las necesidades del cliente y entra en acción. La confianza y el empuje que transmite un experto en negocios, gerencia, administración de empresas, entre otros temas, puede ser fundamental para la gestión empresarial.

El resultor puede estar dispuesto a apostar sus propios honorarios al éxito de tal o cual concepto. En su afán de acertar en sus acciones, trabaja codo a codo con la gerencia, dueños y empleados. Si es necesario, se implica en el management él mismo, hasta lograr los resultados pautados.

Un resultor de trayectoria cuenta con una trayectoria de victorias y derrotas tanto o más valioso que los estudios académicos cuyos diplomas cuelga en su oficina. La contratación del servicio de una resultoría implica estar dispuestos a escuchar críticas por parte del resultor. Un resultor no puede permitirse el silencio ante lo que le parece una mala idea. Al contrario, su reputación completa depende de su habilidad a la hora de señalar errores en la empresa. Es por ello que debe existir cierta afinidad entre el resultor y el dueño o gerente del negocio.

En conclusión

  • La resultoría juega un papel fundamental situaciones complejas de las empresas: son expertos en planificar “rescates”.
  • La resultoría es ideal a la hora de desarrollar un proyecto nuevo.
  • La resultoría logra re-estructurar o adecuar una empresa en base a políticas de crecimiento. Las mejoras se podrán apreciar de inmediato.

La resultoría, como lo sugiere su nombre, se enfoca en garantizar resultados favorables para sus clientes.