La resultoría, mucho más que tu ayuda en la búsqueda de financiación

La búsqueda de posibles vías de financiación es una tarea vital en cualquier organización, su carácter indispensable requiere que esta labor recaiga en las manos de los profesionales más cualificados para tal encomienda.

Sin embargo, pese a ser uno de sus servicios principales, las resultorías, además de llevar a cabo esta búsqueda de financiación producen una experiencia más completa, pues esta se encarga de todo: analiza, investiga, diagnostica, entrega un informe con todo bien detallado y ejecuta, a diferencia de una consultoría, el plan de acción que diseñan. De este modo, lideran el proceso de mejora contínua aplicando cada uno de los puntos establecidos en el plan de acción.

Servicios más allá de la ayuda en la financiación

Las resultorías, identifican las oportunidades de las que goza una empresa que invierte en I+D como: posibles deducciones fiscales independientemente del sector o tamaño de la empresa. Esta innovación industrial también permite disminuir la base imponible hasta el 50% o más, lo cual es compatible con otras ayudas, subvenciones, aplicándose también a bases imponibles negativas, siempre con la premisa principal de la rentabilidad económica de la empresa.

Entre los amplios servicios que presta una resultoría se encuentra la de la figura del consejero independiente, el cual se erige como una figura esencial a la que incluir en los consejos de administración de empresas tradicionalmente familiares, garantizando, de este modo un asesoramiento profesional y cualificado con una opinión neutra, que sirve únicamente al interés corporativo, más allá de intereses personales.

Debido a que las imputaciones a personas jurídicas van en aumento conforme al paso de los años, las resultorías han implementado el Servicio Compliance que integra los diversos procedimientos, protocolos y medidas internas que toda empresa debe ejecutar para garantizar el cumplimiento de las múltiples normativas a las que esté sujeta y transmitir al mercado una sensación de arraigo con la legalidad. Este sistema Compliance trata de minimizar las trabas en el proceso de mantenimiento en el marco legal que regula la actividad que atañe a la organización.

Toda organización debe tener las cuentas claras para un mayor control de su funcionamiento interno, es por ello que las resultorías se encargan de hacer auditorías de cuentas anuales, de subvenciones públicas, informes obligatorios previstos en la legislación mercantil, auditorías internas, y demás auditorías necesarias para mantener un control exhaustivo de todas sus acciones.

Uno de los grandes caballos de batalla en la sociedad en la que nos encontramos es la Propiedad Industrial e Intelectual, por ello es de vital importancia el trabajo que realizan las consultorías respecto al registro de marcas, diseños y copyright.  

La Resultoría busca involucrar y comprometer a todas las partes implicadas en la generación y puesta en marcha de soluciones de alto valor que aporten un impacto real en los resultados de las empresas. Los profesionales de este sector son unos aliados estratégicos de los clientes yendo juntos en el proceso de potenciación y crecimiento competitivo.

 

¿Qué es el compliance?

El compliance es un término en inglés que significa cumplimiento normativo. A nivel empresarial se refiere a la obligación que tienen estas organizaciones de cumplir con la legislación vigente. A través de este método se establecen procedimientos que no solo aseguren, sino que respalden el correcto funcionamiento de la empresa. Tanto a nivel interno como externo.

De acuerdo al Comité de Basilea, esta función de compliance identifica, asesora, alerta, monitorea y reporta los riesgos a los que se enfrentan empresas, compañías y otras entidades. El objetivo final: respetar el marco legal y evitar sanciones.

El compliance y sus implicaciones

Muchas de las razones para utilizar el compliance se relacionan con las pérdidas económicas y con el desprestigio que implica la falta de cumplimiento normativo. Porque la desconfianza por el incumplimiento de leyes, reglamentos, códigos de comportamiento y estándares de una práctica ajustada a derecho, tiene consecuencias graves para cualquier empresa. Particularmente para aquellas que desempeñan su actividad dentro del sector financiero. 

El movimiento de capital se mueve rápidamente a mercados que garanticen mayor seguridad. De ahí la importancia de contar con procedimientos adecuados en materia de políticas financieras. Se buscan normas que permitan detectar y gestionar situaciones de riesgo que impliquen incumplimientos de las obligaciones regulatorias. 

La industria financiera europea ha visto durante los últimos 10 años como se ha arraigado el compliance. Esto se vio favorecido con la aprobación de la Directiva 2004/39 CE del Parlamento Europeo.

En España se realizaron modificaciones a la Ley Orgánica del Código Penal. Sobre todo, con el objetivo de fijar responsabilidades penales a empresas y entidades que no se hayan puesto a derecho en estas materias. Es importante destacar que las sanciones no son únicamente corporativas. Los empleados incursos en estos delitos también son susceptibles de recibir una penalización individual por sus actos.

¿Cómo se aplica?

Cada organización tiene el deber de establecer su propio modelo de prevención de delitos. Un documento que debe quedar por escrito, contando preferiblemente con varias versiones impresas y a disposición de todos los empleados de la compañía.

Dentro de este texto se deben establecer los riesgos implícitos a los que se enfrenta la empresa, de acuerdo a la naturaleza de su actividad económica y modelo de negocio. Aspectos que deben quedar detallados a profundidad. Del mismo modo, tienen que definirse los protocolos a seguir para disminuir cualquier riesgo de que la corporación se vea envuelta de manera involuntaria, en la comisión de hechos punibles. Además de facilitar y regularizar las actividades de formación continua para para todo el personal, se decreta un sistema disciplinario de multas y castigos para aquellos que hayan corrido riesgos. También tiene que planificarse de forma clara el funcionamiento del flujo de la información. Muchas situaciones irregulares pueden evitarse si la comunicación interna es diáfana y directa, sin obstáculos que entorpezcan los procesos.