Las fintech no se bajan de la cresta de la ola

Pese a que las vacunaciones avanzan a un alto ritmo en España y el optimismo es creciente en un país deprimido, como el resto del mundo, desde el estallido de la pandemia por el coronavirus, esta aún está lejos de irse del todo. Y, aunque le hayamos perdido parte del miedo mientras dice lentamente adiós, tanto ahora como posteriormente cuando quede en un mal sueño, nuestra de forma de vida habrá cambiado para siempre. No tenemos más que pensar en muchas de nuestras acciones cotidianas: mayor lavado de manos, reducción del contacto físico si es evitable, menor manejo de dinero en efectivo, etc. Procesos y particularidades que hacen que las empresas del sector Fintech marquen parte del devenir empresarial.

 

¿Qué es Fintech?

El término ‘fintech’ es uno de nueva creación que une, en inglés, las palabras ‘financial’ (financiero) y ‘technology’ (tecnología). Así pues, se refiere a la tecnología financiera, tanto como concepto y operación, como a las empresas dedicadas a ello, creando al mismo tiempo un nuevo y propio sector de actividad.

Abarca procesos de lo más rutinarios, como puede ser realizar una transferencia por banca virtual, como actividades financieras más complejas, ya sea inversión en mercados de valores, ‘trading’, grandes traspasos o, incluso, procesos referidos a la seguridad e identificación de personas.

Tan novedoso es el término ‘fintech’, que podemos ser partícipes de actividades que entrarían dentro de este concepto sin ser conscientes, pues aún una gran parte de la población desconoce su significado.

 

La banca online crece

Como decíamos, e hilando ahora con el inicio del texto, el Fintech está presente en las acciones que llevamos a cabo como individuos en nuestra vida habitual. Todos hemos alcanzado por normalizar las transferencias a través de banca online, ya se para grandes cantidades de dinero, como otras más pequeñas especialmente cuando tratamos con amigos, como el recurrente Bizum.

Ahora, desde que la pandemia está en nuestras vidas, lo hacemos mucho más. Intentamos pagar con tarjeta de crédito o móvil cuando vamos al supermercado o a un restaurante y las compras en tiendas online han terminado por explotar en España, un país en el que socializar está dentro del ADN de sus habitantes y actos como ir de compras de manera física han tenido, a la fuerza, que dejar paso al comercio electrónico.

 

El crowdfunding, no tan moderno

Un término anglosajón con el que seguro que nos sentimos más cercanos a estas alturas es el crowdfunding, la forma de financiación colaborativa de proyectos novedosos y disruptivos con un gran número de mecenas, conocidos o anónimos, que obtienen recompensas o participaciones dentro del proyecto a cambio de su apoyo económico.

El crowdfunding, sin ir más lejos, es financiación tecnológica, puesto que surge de la mano de la web 2.0, incluso antes de muchas de las redes sociales que utilizamos en nuestro día a día, conectando online a personas que no se conocen y que establecen una relación financiera.

 

Más y más presente

Entre las acciones tecnológico-financieras que ya llevaban tiempo instaladas entre nosotros, y todas aquellas que la pandemia ha impulsado para que estén presentes en nuestra vida cotidiana, así como nuevas formas de negocio, el sector Fintech parece vivir días de vino y rosas.

No se trata de una burbuja ni tampoco se le atisba un final próximo, pues últimamente se está popularizando incluso entre no economistas el ‘trading’, que en el mundo online ha encontrado un espacio muy óptimo para la especulación.

Del mismo modo, las criptomonedas se abren paso de manera contundente. Dependientes a veces del capricho de Elon Musk, cada vez son más las empresas que se animan a trabajar con ellas para realizar pagos y cobros, e incluso naciones contemplan abrirse a ellas.